Pensamiento desesperado

Oh verán... estaba hoy en la mañana en el metrobus(*), como ya ha sido costumbre durante esta semana y será costumbre por los próximos 6 meses.
A esa hora hay mucha gente y para alcanzar algún asiento tienes que luchar ferozmente por él. A mí me da flojera derramar sangre por un mugre lugar, así que mejor me la llevo con calma y me busco un rincocito donde acomodarme que, aunque vaya de pie todo el camino, me resulta muy cómodo porque no termino apretado entre la gente.

Allí estaba yo en mi rinconcito; recargado sobre el acordeón (**) del metrobus y disfrutando del amplio espacio libre que tenía en frente mío. Infortunadamente es un lugar público y los espacios amplios son dificiles de mantener, y bajo ese inevitable destino un güey entró (otros muchos también entraron) y quedó en frente de mí.
La neta me molestaba un poco que estuviera ahí, pero como no había para dónde hacerme y he visto gente más apretada, pues no me podía quejar; mi situación no era tan mala.

Y aquí es donde aparece el pensamiento desesperado.

No sé si será por que es primavera o porque me gustó mucho el aroma de su loción o por qué, pero por un rato estuve tentado a abrazar al sujeto ese. :D

Claro, nunca lo habría hecho en realidad, pero las ganas no me faltaron. :D

No pasó de ser solo una idea y una sensación muy física, pero como no es la primera vez que me pasa esto por la mente se me hizo que tenía que publicarlo aquí.

A ver si un día que ya no pueda contener mis impulsos me termino convirtiédome en en delincuente abrazador.
Imagínenense que me les aparezca a media noche en un callejón oscuro y les de un abrazo y me eche a correr...

...¡¡¡qué meyo!!! XD